¡Adopté un gatito!

Los felinos son animales territoriales y neofóbicos, por lo tanto es importante seguir una pauta de introducción para hacer que la llegada de nuestro nuevo integrante sea lo menos estresante para todos los integrantes de la familia. A continuación te presento un plan base de introducción de una nueva mascota teniendo gatitos residentes.

Primer paso:

Primero debemos tener en casa los recursos ambientales necesarios para cada uno de los habitantes del hogar: arenero, comedero, bebedero (todos estos separados unos del otro), lugares de escondite y reposo, juguetes y  rascadores. Debemos recordar que el número de cada uno de estos recursos debe ser en base al número de gatos que tenemos + 1, o sea si tengo 3 gatos necesito tener 4 de cada uno de estos recursos.

Todo este proceso te aconsejo apoyarlo con feromonas como Feliway o Catcomfort y  productos naturales en base a valeriana o lavanda, etc. Esto ayudará a que el proceso de adaptación sea más rápido y fácil.

Teniendo lo anterior listo, debemos preparar una habitación en la casa (que tenga todos los recursos que hemos hablado) para que nuestro nuevo integrante pueda llegar y no tener ningún tipo de contacto (físico o visual) con el o los gatos residentes.

Segundo paso:

Ahora viene la adaptación de nuestro nuevo gatito al hogar (habitación). Probablemente en estos días tus felinos residentes se mostraran curiosos acerca de lo que hay dentro de la habitación, pueden actuar ansiosos o extraños, ¡no los castigues!, solo refuerza los comportamientos positivos. Esta etapa finaliza cuando ambas partes se muestran tranquilas, confiadas y relajadas.

Tercer paso:

La siguiente fase es el traspaso de olores entre el nuevo gatito y los habitantes del hogar, esto puede lograrse intercambiando mantas con sus olores, o frotando algún pedacito de tela o pétalos de algodón en sus mejillas y cuerpo, para luego mostrárselas a nuestro otro gatito. (Si refregamos la tela suavemente en sus mejillas, este proceso debe realizarse en momentos de tranquilidad y felicidad de nuestros felinos).

De esta manera lograremos que los felinos se reconozcan y obtengan información valiosa acerca del nuevo integrante y viceversa.

Cuando intercambiemos los olores, si nuestros felinos actúan de forma positiva y curiosa debemos premiarlos, ¡reforzar este comportamiento de forma positiva!.

Cuando nuestros felinos (ambos) se vean tranquilos y relajados intercambiando olores, pasamos a la siguiente etapa.

Cuarto paso:

Ahora pasamos al contacto visual con restricción física, en esta fase podemos dejar la puerta ligeramente abierta o colocar una barrera física (pero no visual) entre los felinos. En esta etapa podemos alimentar a los felinos a cada lado de la barrera física para asociar la interacción a algo positivo.

En esta etapa podemos colocar al nuevo integrante en una jaulita de transporte y llevarlo a algún área común de la casa donde transiten normalmente los gatos residentes. (el transportador debe estar en altura)

Esta etapa termina cuando ambas partes se vean tranquilas y relajadas.

Quinto paso:

Interacción física controlada. En esta fase debemos iniciar la interacción física entre los integrantes nuevos y antiguos del hogar, las primeras interacciones deben ser cortas y totalmente supervisadas y ¡premiando cada interacción positiva!. Si en el pasar de los días nuestros felinos se ven tranquilos sin señales de agresividad o incomodidad podemos alargar las sesiones para finalmente dejarlos sin supervisión, el proceso ha sido un éxito!.

Es importante saber que no todos los felinos son amigos, que pueden solo “soportarse” dentro de un mismo territorio, y el tener todos los recursos necesarios puede evitar conflictos entre este tipo de felinos. El objetivo de los protocolos de introducción es que no exista agresividad entre el nuevo integrante y los residentes, pero es posible que no logremos que tengan una relación de amistad.

También entender que cada gato es diferente, hay felinos muy amistosos que aceptaran rápidamente la llegada de un nuevo integrante, como otros que no, debemos tener paciencia, adaptarnos a los tiempos que nos vayan indicando y en caso de tener dudas comunicarte con tu veterinario de cabecera o acudir a un especialista en conducta, un etólogo clínico.

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